Por Jorge Gajardo
El genocidio israelí en Gaza continua desde hace más de un año. Desde entonces, las marchas de rechazo se multiplican en el mundo. ¿Adónde se situa Chile en este movimiento global?
Fines de abril 2024. La invasión genocida del ejercito israelí en la franja de Gaza ya había cobrado la vida de casi 35’000 Palestinos; innumerables escuelas, casas y hospitales ya habían sido bombardeadas y destruidas. En esos días, en un local del estadio del Club Deportivo Palestino, en la comuna de La Cisterna, unos cuantos empleados atendían sin prisa los pedidos de camisetas del equipo de futbol que se acumulaban desde hace hace seis meses. “Nos encargan poleras desde Europa y América del Norte, pero no tenemos suficiente”, explicaba con tono sereno Chafic Abuhomor, gerente comercial.
Con el mismo estoicismo, los ejecutivos del Palestino esperaban en esos días la multa que no iba a faltar de mandarles el tribunal disciplinar de la federación nacional de futbol. Unos días antes, el 20 de abril, en ocasión del partido con Universidad de Chile, los jugadores del Palestino habían exhibido en la cancha del estadio de La Cisterna un lienzo que denunciaba el genocidio en Gaza en castellano, inglés y árabe. Las propias barras de la “U” y de los “Baisanos” se habían unido para respetar un minuto de silencio. “Sabíamos que esta acción iba a costarnos caro [la federación prohíbe las expresiones políticas en los estadios] pero no podíamos callar lo que está pasando en Gaza”, contaba entonces Chafic Abumohor, chileno palestino de tercera generación.

Altavoces de la resistencia
Fuera de Chile, el Palestino, sus jugadores y su barra “baisana” son como altavoces de la resistencia. Los partidos ganados cuanto los perdidos son ocasiones de celebrar la resiliencia palestina contra la colonización y el apartheid israelí. Las poleras del Palestino que se han vuelto tan comunes en las marchas de solidaridad en Ginebra como en Barcelona, París o Londres son una muestra de que Chile es un lugar desde donde prospera el soft power1 palestino y se proyecta a nivel global.
El mismo estadio municipal de La Cisterna, que luce con orgullo en su entrada las lineas del mapa de Palestina, de la misma manera que las calles del barrio de Patronato, hablan de la presencia histórica de los Palestinos en Chile y de la franqueza con que se expresa en las murallas de las ciudades chilenas la solidaridad con este pueblo, contrastando con el clima de miedo que impera en Europa y en los Estados Unidos cuando se denuncia el genocidio.

Chile-Israel: cancelar los convenios
Las señales que proyectan las esferas oficiales chilenas son menos nítidas que las del sentimiento popular. Es cierto que Chile se sumó al juicio por genocidio iniciado por Sudáfrica en la Corte de justicia de la ONU, y que el presidente Boric excluyó este año a Israel de la Feria internacional del aire y el espacio (FIDAE). Una decisión “valiente”, dice Nadia Silhi Chahin, abogada chilena palestina, investigadora en Derechos humanos de la universidad de Edinburgo, quien recuerda que Boric fue muy criticado por este anuncio, incluso dentro de la coalición de gobierno.
Pero también es cierto que ni la Coordinadora por Palestina (130 colectividades en todo Chile) ni la comunidad palestina nacional pudieron convencer a Chile de retirarse de los ejercicios navales RIMPAC 2024 a los que participó también Israel.
¿Y el boicot académico? Es una de las reivindicaciones más potentes de la sociedad civil a nivel global para sancionar y aislar el régimen israelí, pero “aun falta mucho para que se implemente con fuerza”, observa Nadia Silhi. La decisión, en mayo pasado, de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile de romper relaciones con las universidades israelíes aparece aun como una “voz disidente en la institución” agrega.
“Somos una comunidad bien integrada en la sociedad chilena”, explica Nadia Silhi. Históricamente, sin embargo, son los propios Palestinos quienes han mantenido viva la “causa palestina”, la que sigue apareciendo en otros sectores del país como un tema “lejano” o “complejo”.
Pero sobretodo, la razón de Estado chilena carece aun de claridad al momento de confrontar a Israel en el terreno del derecho internacional. Hace falta que el gobierno interprete a su justo nivel el reciente análisis legal de la Corte internacional de Justicia que confirmó la ilegalidad de la ocupación israelí, opina Nadia SIlhi. Si así fuera, Chile debería “cancelar todos sus convenios” con Israel en el campo académico y militar, y también en el comercio, la cultura y el deporte. Al respecto, la investigadora recuerda el precedente del apartheid sudafricano, cuando varios pequeños países se anticiparon a las grandes potencias en las sanciones contra el régimen de Pretoria. Mientras tanto, en Gaza, el genocidio israelí continua ante los ojos del mundo, con más de 43’700 palestinos masacrados hasta mediados de este mes de noviembre.
Más información: Coordinadora por Palestina https://porpalestina.cl/
1 El “soft power” (“poder blando”), es un término usado en las relaciones internacionales para describir la capacidad de un Estado o de un grupo nacional de proyectar hacia el mundo una imagen positiva a través de la innovació1n, la ciencia, la cultura o el deporte.
El perro Matapacos al frente del derecho a manifestar
La comunidad chilena en Ginebra también sale a repudiar en la calle el genocidio en Gaza. El 28 de octubre de 2023, Palestina estuvo en el centro de una emotiva marcha encabezada por el Perro Matapacos. En esos días, los bombardeos israelíes ya habían matado 7’700 Palestinos, entre ellos 3’500 niños.
Organizada por Nouvelles Générations Chili para denunciar la represión policial de las luchas sociales en ocasión de los cuatro años del estallido en Chile, esta marcha se volvió en una de las primeras expresiones de rebelión en Suiza en contra de los intentos de las autoridades de acallar la indignación popular.
Entre otros participantes, el Comité Memoria y Justicia, la Coordinación Chili Genève 1973 2023, varios colectivos latinoamericanos y el colectivo BDS Genève (Boicot Desinversiones Sanciones a Israel).
